Ayudaos unos a otros a llevar las cargas, y así cumpliréis la ley de Cristo.
Si alguien cree ser algo, cuando en realidad no es nada, se engaña a sí mismo.
Cada cual examine su propia conducta; y si tiene algo de qué presumir,
que no se compare con nadie. Que cada uno cargue con su propia responsabilidad.
No os engañéis: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra.
El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza
cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará
vida eterna. No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo
cosecharemos si no nos damos por vencidos. Por lo tanto, siempre que tengamos
la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe.
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